La vida siempre nos va sorprendiendo con eventos inesperados que pueden desestabilizarnos. Y si bien preocuparnos por el futuro no es sano para nuestra mente, hay medidas que podemos tomar para estar mejor preparados cuando ocurre lo inesperado.

En «Principios para enfrentarse al nuevo orden mundial» Ray Dalio  propone algunas estrategias que quiero replicar y adaptarlas a personas comunes (las estrategias que comparte Dalio son mas bien para inversores)

Veamos.

Contempla el espectro completo de posibilidades, trabaja en escenarios desfavorables e intenta prevenir lo peor.

Debemos contemplar todo el espectro de posibilidades, positivas y negativas. Por ejemplo, al planear vacaciones, consideremos qué puede salir mal con el clima y tengamos un plan B. O si invertimos dinero, imaginemos cómo nos impactaría una recesión y diversifiquemos nuestras inversiones. Pensar en múltiples resultados negativos nos ayudará a adaptarnos.

Preparémonos para escenarios desfavorables, aunque parezcan improbables. Tener un fondo de emergencia por si perdemos el trabajo es una red de seguridad. Hacer simulacros y tener suministros a mano nos prepara para desastres o eventos catastróficos.

Si hay un amago de incendio en la cocina de mi casa ¿Tengo ahora un extintor?

Enfocándonos en lo peor que podría pasar, podremos responder mejor si llega a ocurrir. La visualización negativa es una gran herramienta para esto.

Diversifica no solo tus acciones, sino también cualquier otro activo vital. Siguiendo el proverbio chino, una liebre astuta siempre tiene tres madrigueras.

Diversifiquemos nuestros activos claves como ingresos, habilidades y relaciones.

Llevas trabajando 15 años desarrollando software. Es hora de aprender sobre ventas y marketing.

No dependamos de un solo trabajo o negocio, desarrollemos habilidades alternativas y consideremos fuentes de ingresos secundarias. Mantengamos relaciones diversas para tener más opciones de apoyo si las necesitamos. Distribuir nuestros activos nos hace más ágiles y fuertes.

Valora la gratificación demorada sobre los placeres inmediatos. La impaciencia no es una virtud.

Valoremos la gratificación demorada sobre la inmediata. Tener paciencia y ahorrar en lugar de endeudarnos, o invertir tiempo en nuevas habilidades versus entretenimiento pasajero, nos prepara para adversidades. Mantengamos una perspectiva de largo plazo.

Conecta con personas inteligentes y conocedoras en tu entorno: aprende de ellas y prueba sus ideas en conversaciones con ellas.

Rodémonos de gente inteligente con más experiencia. Huye del que se queja todo el tiempo.

Aprendamos de lo que han vivido muchos años y sus perspectivas y sabiduría. Recibamos sus críticas a nuestros planes e ideas. La sabiduría colectiva nos ayuda a prepararnos de formas que no consideraríamos solos.

La vida trae sorpresas, pero tomando medidas proactivas reducimos el impacto de la mala suerte y capitalizamos las oportunidades que surjan. Con preparación y perspectiva podemos enfrentar la incertidumbre con mayor confianza y capacidad de recuperación.