La comunicación es una herramienta fundamental para nuestra interacción diaria. Pero, la forma en que comunicamos nuestras ideas, pensamientos y emociones puede variar significativamente de una persona a otra.
Estos estilos de comunicación son tan variados y únicos como las personas mismas, y cada uno tiene su propia gama de comportamientos, emociones y métodos.
Trabajar en la industria agroalimentaria tiene varios desafíos, uno de ellos es la alta rotación laboral que termina haciendo de la comunicación con las personas un desafío.
Con un enfoque práctico, este post se dividirá en cuatro secciones, cada una dedicada a un estilo de comunicación predominante entre los trabajadores: pasivo, agresivo, pasivo-agresivo y asertivo.
En cada sección, proporcionaré una breve descripción basada en mis observaciones personales y sugeriré tácticas que aquellos de nosotros que trabajamos con estos trabajadores podríamos adoptar.
Comunicación Pasiva: El arte de insinuar
La comunicación pasiva se caracteriza por su sutileza. En lugar de expresar abierta y claramente nuestras ideas o nuestros sentimientos, dejamos pequeñas insinuaciones esperando que la otra persona las descifre.
Esencialmente, estamos poniendo la responsabilidad de comprender el mensaje en la otra persona. Este enfoque puede llevar a conflictos y malentendidos, ya que nuestras insinuaciones pueden interpretarse de muchas formas. No somos adivinos.
Algunos signos de comunicación pasiva pueden ser la falta de contacto visual, una postura corporal encorvada, hablar en voz baja, o hacer énfasis en ciertas palabras.
¿Que tácticas deberías aplicar?
Ya sabemos que trabajar con comunicadores pasivos no es tarea fácil. Aun así, hay algunas formas de abordarlo.
Primero, crea un ambiente de confianza. Los comunicadores pasivos a menudo ocultan sus pensamientos por su timidez. Hazles saber que su voz importa. Esto les puede ayudar a abrirse.
Segundo, aclara con preguntas. Si alguien habla en insinuaciones, pide claridad. Pregunta de manera directa. Esto ayuda a evitar confusiones.
Tercero, no pases por alto las señales no verbales. Un encogimiento de hombros. Evitar el contacto visual. Usar voz baja. Todos estos pueden significar algo. Presta atención.
Cuarto, enseña asertividad. Un poco de entrenamiento puede ir lejos. Muestra asertividad en tus propias acciones. Ellos podrían seguir tu ejemplo.
Quinto, la paciencia. Comunicarse con personas pasivas puede llevar tiempo. No esperes cambios de la noche a la mañana. Sé paciente.
Finalmente, valida sus emociones. Los comunicadores pasivos a menudo se sienten invisibles. Hazles saber que sus sentimientos cuentan.
Con estas tácticas, podrías facilitar la comunicación. Esto ayudará a crear un entorno de trabajo más productivo.
Comunicación Agresiva: Liderazgo o Intimidación
El estilo de comunicación agresivo es diametralmente opuesto al pasivo. Aquí, los mensajes se entregan de manera directa y a veces, intensa.
Este estilo puede ser fácil de identificar por la voz fuerte y exigente, la postura dominante y el contacto visual intenso. Sin embargo, este estilo puede cruzar la línea entre el liderazgo y la intimidación, ya que los comunicadores agresivos a menudo utilizan amenazas, críticas, culpas e incluso intimidación para lograr sus objetivos.
¿Que tácticas deberías aplicar?
Aquí hay algunas tácticas para trabajar con estas personas, manteniendo tu integridad intacta.
Primero, mantener siempre la calma, aunque suene cliché. Deja que sus palabras, sus críticas, sus amenazas, vayan fluyendo como el agua. No te sometas a sus tácticas de intimidación.
Segundo, siempre en cuenta tus límites. No permitas que crucen la línea. Debes ser respetado. Mantén una voz firme y constante. No retes su agresividad con más agresividad. Responde con serenidad y resolución.
Tercero, escucha. Detrás de su agresividad puede haber una historia, una preocupación, un miedo. Aprende a leer entre líneas. No te dejes llevar por sus palabras agudas. Busca la verdad en su discurso.
Cuarto, busca el diálogo. Invita a la conversación, no al conflicto. Comunícate de manera clara, honesta, respetuosa. Abre la puerta a la mutua comprensión.
Considera que trabajar con un comunicador agresivo no es un camino fácil. Pero con inteligencia, respeto y tacto, puedes navegar estas aguas agitadas.
Comunicación Pasivo-Agresiva: El equilibrio inestable
El estilo de comunicación pasivo-agresivo es un delicado equilibrio entre el pasivo y el agresivo. En la superficie, estas personas pueden parecer pasivas, pero debajo hay una capa de agresividad. La comunicación pasivo-agresiva puede ser frustrante para ambas partes, ya que se pueden presentar acuerdos verbales seguidos de acciones que dicen todo lo contrario. Otras señales pueden ser murmuraciones, negación de problemas pese a las evidencias y el famoso «trato de silencio».
¿Que tácticas deberías aplicar?
Primero, igual que en el punto anterior aquí debes mantener la calma. Igual que un filósofo estoico. El enojo engendra enojo, el respeto engendra respeto. No te dejes arrastrar nunca por su comportamiento. Mantén tu voz firme y constante.
En segundo lugar, sé directo. Habla claro. Evita rodeos. Si notas que alguien dice una cosa y hace otra, aborda el tema. No acuses. Simplemente señala el hecho. Diles lo que has observado. Diles cómo te afecta.
Luego, establece límites. El respeto mutuo es la base de cualquier relación. No permitas la ley del hielo ni las murmuraciones. Si ves un problema, habla. Negarlo no ayuda a nadie.
Por último, fomenta la comunicación abierta. El pasivo-agresivo esconde la verdad bajo insinuaciones. Deja claro que valoras la honestidad por encima de todo. Invita a la conversación franca. Alienta la crítica constructiva.
Comunicación Asertiva: La senda del respeto mutuo
Finalmente, tenemos la comunicación asertiva. El ideal de la comunicación pero tan escaza en estos entornos. Este estilo es a menudo considerado el más saludable y efectivo. El que pregonan los gurú de la autoayuda y liderazgo. Los comunicadores asertivos expresan abiertamente sus pensamientos y sentimientos, pero de una manera que respeta los sentimientos y perspectivas de los demás. Se busca un equilibrio en el que todos los involucrados en la conversación se sientan satisfechos. Para lograr esto, se pueden utilizar declaraciones en primera persona, mantener un buen contacto visual y tener una postura abierta y amigable.
¿Que tácticas deberías aplicar?
Trabajar con personas asertivas es trabajar con personas que hablan claro, pero que respetan y buscan el respeto. Estas personas no andan con rodeos. Para una buena comunicación con ellos debemos ser directos. Aquí la honestidad es su moneda. No se acepta menos.
Aunque este es el ideal de comunicación, también debemos actuar con inteligencia:
Primero, escucha. Absorbe lo que dicen. Sus palabras, sin adorno te darán lo que necesitas. No busques subtextos. No hay. Su transparencia es su sello.
Luego, habla. No vaciles. Dilo como es. Tu honestidad será tu moneda de cambio. Habla en primera persona. Comparte tus pensamientos y sentimientos con el mismo valor con que ellos lo hacen. Asegúrate de mantener el contacto visual. Muestra siempre respeto. Demuestra que estás allí, que te importa.
Recuerda mantener una postura abierta. Tus gestos deben ser claros como tus palabras. No te cruces de brazos, ni mires al suelo. Míralos a los ojos, asiente con la cabeza, muestra que estás en sintonía con ellos.
La asertividad es un plus. Un paso adelante, un paso atrás. Buscas equilibrio. No domines la conversación, no te dejes dominar. La asertividad no es sumisión ni dominación, es equilibrio.
Y finalmente, respeta. La gente asertiva da y exige respeto. No aceptarán menos y no deberías tú tampoco. Trata a los demás como te gustaría ser tratado. Respeta sus ideas, respeta sus emociones. Respeta su tiempo.
En resumen: escucha, habla con honestidad, muestra una postura abierta, busca el equilibrio y respeta. Estas son las estrategias para trabajar con gente asertiva. Como todo, requiere práctica, pero vale la pena, porque este tipo de personas escasea y generalmente son un gran aporte en los entornos de trabajo.
Conclusión.
Todos tenemos nuestro propio estilo de comunicación. Algunas veces podemos utilizar más de uno dependiendo de la situación. Del estrés. Del entorno. Del tipo de trabajo. Conocer todos estos estilos y ser capaces de identificarlos no sólo nos ayudará a entender a la personas, sino que cultivar relaciones mas amenas.