Nuestra capacidad de atención determina cuánto progreso podemos hacer en un día.
Tener una mayor capacidad de atención es clave para nuestra productividad, ya que nos permite avanzar más rápido en nuestros proyectos y hacer un mejor trabajo. Existen varias estrategias que podemos implementar para aumentar nuestra capacidad de concentración.
En primer lugar, es importante minimizar las interrupciones externas e internas que recibimos. Podemos apagar las notificaciones, dejar el teléfono lejos de nuestro alcance y escribir cualquier pensamiento irrelevante que nos venga a la mente para después procesarlo.
También ayuda hacer que cambiar de tarea requiera un mayor esfuerzo. Por ejemplo, ir a un lugar público para trabajar donde seamos observados por otros y no queramos distraernos.
Además, debemos entrenarnos para enfocarnos en una sola tarea a la vez, en lugar de intentar hacer «multitareas» que en realidad dispersan nuestra concentración.
Otra estrategia útil es practicar redirigir la atención cuando inevitablemente nos distraemos. La meditación regular puede ayudarnos a desarrollar esta habilidad.
Por otro lado, trabajar en sesiones aprovechando los picos de energía y descansando cuando esta baja, puede ayudarnos a mantener la concentración por períodos más prolongados. Una buena meta es sesiones de 60 a 90 minutos.
Finalmente, podemos medir el tiempo real que pasamos enfocados en una tarea, y luego proponernos expandirlo gradualmente. Esto nos permite mejorar nuestra capacidad actual de concentración.