Colaborar en equipo puede ser muy beneficioso. Pero cuidado, los equipos también tienen una cara oculta.
Hace más de 100 años, Maximilien Ringelmann descubrió que los miembros de un equipo ejercen mucho menos esfuerzo del que son capaces individualmente. ( aquí puedes leer un abstracto de un experimento tirando la cuerda)
Cuanto más grande el equipo, menor el esfuerzo individual.
Este «efecto Ringelmann» significa que los equipos rinden siempre por debajo de su potencial teórico. También podríamos llamarlo como «flojera social»
La coordinación deficiente y la dilución de responsabilidad hacen que la productividad real sea menor que la suma del talento.
El efecto fue descrito por primera vez por el ingeniero agrícola francés Maximilien Ringelmann en 1913
En Amazon, Jeff Bezos instituyó una regla «cada equipo interno debe ser lo suficientemente pequeño como para poder alimentarlo con dos pizza».
Un ejemplo práctico.
Imagina una fábrica de alimentos y donde hay un equipo de 10 personas. Cada una de ellas tiene una tarea específica, como mezclar ingredientes o empacar productos.
El efecto Ringelmann es como cuando en un partido de fútbol, algunos jugadores piensan «Hay muchos en el equipo, si yo no corro tanto, los demás lo harán». Entonces, se esfuerzan menos porque piensan que hay otros que harán el trabajo.
En la fábrica, esto sería como si pensaras: «Hay otros 9 en mi equipo, si yo no trabajo tan rápido, seguro alguien más lo hará».
El resultado, es que todo el equipo puede terminar trabajando menos de lo que podría si cada uno estuviera solo.
Sin embargo, las investigaciones también han demostrado que el rendimiento del grupo puede aumentar mediante la variación sistemática de las tasas de rendimiento individual dentro del grupo, un fenómeno conocido como efecto Kohler. O en otras palabras «el efecto anti-Ringelmann»
Otto Köhler lo descubrió en los años 1920. Vio que en equipos, si la tarea es complicada, el grupo se esfuerza más que si solo la persona menos preparada del grupo la hiciera sola.
¿Por qué pasa esto?
Dos razones
1.Comparación social: Ver que otros lo están haciendo mejor te motiva a esforzarte más para no quedar mal.
2.Indispensabilidad: Saber que tu equipo depende de ti te motiva a no defraudarlos.
Este efecto es más fuerte cuando hay diferencias entre lo que cada uno sabe hacer, porque así es más fácil compararse. Además, si todos en el grupo se están fijando en lo que los demás hacen y están juntos, el efecto tiende a aumentar.
El efecto Köhler también se puede utilizar para mejorar el rendimiento deportivo, haciendo ejercicio con un compañero que sea ligeramente mejor que uno.
Hay otros factores, como si el equipo es de hombres, mujeres o mixto, o cómo se llevan entre sí, que también pueden cambiar cuánto se nota el efecto Köhler.
Un hombre menos capaz que trabaja en una tarea de fuerza física produce un efecto Köhler mucho mayor cuando su compañera más capaz es una mujer, en comparación con cuando su compañero más capaz es otro hombre.😅
En pocas palabras: es esa sensación de querer darlo todo en un grupo para no sentir que te quedas atrás o defraudas al equipo.
En resumen, cuando trabajas en equipos, es importante recordar estos dos efectos. No querrás que la gente se relaje porque piensa que hay muchos en el equipo. Pero también puedes buscar formas de motivar a todos para que den lo mejor de sí.
Algunas conclusiones importantes
Las empresas intentan vencer la flojera social con supervisión extrema, micro-gestión, dinero, premios y castigos. Aunque estas tácticas funcionan un poco, el efecto no desaparece completamente. La solución real está en aceptar el poder de los equipos pequeños, de dos a cinco personas, donde cada una tiene un rol definido y se puede coordinar ágilmente.
Los equipos pequeños fomentan la responsabilidad personal y el sentido de pertenencia. Cada aporte es visible y ninguna holgazanería pasa desapercibida. Además, pueden tomar decisiones más rápido, tienen menos fricción interna y se mueven con una agilidad imposible en grupos grandes.