Llevo tiempo reflexionando sobre el panorama laboral actual, especialmente en las personas mayores de 40 años (al momento de escribir esto tengo 45).
Esta inquietud la tengo hace bastante tiempo, y surgió principalmente a raíz de los titulares que de vez en cuando aparecen en los medios. Hace unos días por ejemplo, La Tercera titula que 6 de 10 trabajadores ha experimentado discriminación etaria. Simulé estar sorprendido.
Lo cierto es que después de los 40 viene un cambio profundo en tu desarrollo profesional, no basta con lo bueno que seas, terminarán despidiéndote tarde o temprano*, principalmente en grandes empresas que prefieren a profesionales jóvenes y que según el mercado «son más abiertos a aprender cosas nuevas», es decir, más fáciles de moldear.
¿Anhelas ese cargo senior?, déjame decirte que esos puestos de liderazgo a los que aspiraras están ocupados por los boomers y ellos no piensan jubilar.
Es difícil competir con una generación que ya tiene sus redes de contactos consolidadas y que además ha acumulado años de experiencia. Este es un gran obstáculo que muchos ignoran hasta que se enfrentan a él directamente, y para entonces ya es tarde para reaccionar.
Los boomers no cederán sus posiciones fácilmente, y si deseas ocupar un puesto de liderazgo, tendrás que trabajar mucho más allá de tus capacidades actuales para sobresalir y ganar terreno.
Cuando llegas a los 40, la mentalidad de crecimiento tiende a disminuir, y eso tiene un costo que finalmente terminas pagando.
Además, te ves afectado por prejuicios y mitos, como la creencia de que los jóvenes nacen con habilidades digitales innatas, cuando en realidad, en promedio, muchos no saben ni siquiera configurar una impresora.
Esta es una creencia que se ha perpetuado en la cultura popular, y hace que los trabajadores mayores de 40 años enfrenten barreras injustas que los etiquetan como menos capacitados para adaptarse a la tecnología moderna. La falta de habilidades digitales no es cuestión de edad, es cuestión de enfoque y actitud hacia el aprendizaje.
Libros, medios especializados y muchos consultores llevan bastante tiempo hablando sobre «el futuro del trabajo» aportando datos a la discusión, pero ese futuro del que tanto hablan es en realidad nuestro presente.
Nos enfrentamos a un cambio continuo y vertiginoso donde los trabajos tradicionales están siendo desplazados por nuevas formas de empleo. Los empleadores esperan que sus trabajadores tengan una mentalidad de aprendizaje continuo y que estén dispuestos a reinventarse cada pocos años para mantener su relevancia en el mercado.
No adaptarse significa quedarse atrás en un entorno donde la tecnología y las demandas del mercado están cambiando bastante rápido.
Sin embargo, muchos de los que superan los 40 años cierran los ojos ante este escenario. O lo ven perfectamente, pero se hacen los tontos pensando que eso no les va a ocurrir.
Se convencen de que su experiencia laboral de décadas será suficiente para protegerlos, y se sienten cómodos en sus roles actuales, ignorando que los avances tecnológicos y la automatización están reduciendo la necesidad de muchas funciones tradicionales.
Hay mucha información dando vueltas por ahí que te dice lo contrario, pero los datos son claros, después de los 40 tendrás dificultades para encontrar trabajo, te van a reemplazar por un profesional más joven o por un consultor para cubrir ciertas tareas específicas en vez de alguien permanente.
Las empresas buscan agilidad y bajo costo, y en muchos casos un trabajador más joven parece la opción más viable para adaptarse a las nuevas dinámicas del mercado. Este es un escenario muy desafiante que requiere que tomemos acción desde ahora, no cuando el problema ya sea inevitable.
Pero no todo está perdido para la generación X, hay ciertos comportamientos que podemos cambiar y tomar algunas estrategias que nos permitirán seguir en el flujo.
Estas estrategias no solo nos ayudarán a permanecer en el juego, sino que también nos permitirán avanzar, evolucionar y convertirnos en profesionales valiosos incluso en un mercado tan competitivo como el actual.
Te las iré comentando, pero antes los escenarios:
Economía gig
Hoy prima la economía gig y cada vez impacta más en el mundo corporativo. Ahora los trabajos son por proyectos, temporales o por un tiempo muy limitado, si bien puede tener algunos beneficios, lo cierto es que la balanza se inclina por las desventajas para el trabajador.
La inestabilidad y la falta de beneficios laborales son dos grandes problemas que afectan a quienes trabajan bajo este esquema. Este escenario te espera hasta tu jubilación.
Es importante ser conscientes de que cada vez habrá menos empleos de largo plazo, y más oportunidades orientadas a proyectos específicos y tareas concretas.
Para muchos, esta realidad se siente como una pérdida de seguridad, pero también es una oportunidad para reinventarse y aprender a vivir con mayor flexibilidad.
Habilidades comerciales
Si bordeas los 40 y has trabajado siempre en áreas técnicas y/o operativas, haz todo lo posible para cambiarte a un área comercial.
Las habilidades comerciales y de ventas te servirán toda la vida, las técnicas operativas no (se las comerá la IA). Sin ventas, no hay flujo de caja, y sin flujo de caja, el negocio no puede sostenerse ni crecer.
Las habilidades sociales están por sobre las operativas y administrativas tradicionales. Eso te lo debes tatuar en la frente.
Los roles comerciales y de ventas permiten construir relaciones, negociar y ofrecer soluciones que son fundamentales para el éxito de cualquier negocio. Las funciones técnicas se están automatizando, las habilidades humanas siguen siendo irremplazables y presumo que lo segurián siendo en el futuro.
¿Quieres tener tu propio negocio en el futuro?. Las habilidades comerciales serán más importantes que las operativas.
Esperanza de vida
Los Chilenos vivimos cada vez más, así que debemos crear un plan financiero y profesional que cubra estas décadas adicionales de vida. No basta con llegar a los 65 años y pensar que podremos descansar, porque la realidad es que la jubilación tradicional ya no será una opción para muchos.
Necesitamos estrategias claras para mantenernos activos y económicamente estables durante más tiempo, lo que implica desarrollar nuevas habilidades, planificar cuidadosamente nuestras finanzas y ser capaces de adaptarnos a los cambios de la industria.
No solo se trata de sólo tener ingresos, sino también de mantenerse relevante en este entorno laboral cambiante.
Vamos al detalle:
Mentalidad o «mindset»
Esto es exactamente la actitud y disposición mental que tienes hacia el cambio.
A medida que vamos cumpliendo años, más cómodos nos sentimos donde estamos y menos abiertos a los cambios nos volvemos.
Lamentablemente esta es una realidad, no es una opinión. El entorno laboral y la tecnología evolucionan constantemente, y si no tenemos una actitud flexible, quedaremos obsoletos.
Este es el punto de partida de todo cambio real: tener una mentalidad de crecimiento. (suena cliché pero es real).
La mentalidad de crecimiento es fundamental, ya que implica estar siempre abierto a aprender de manera autónoma. Sí, autónoma, sin esperar a que tu empleador te capacite o te pague el postgrado, eso no va a ocurrir, salvo que te esté preparando para tomar las riendas del negocio, pero esta situación estadísticamente es una anécdota y no te va a pasar (a no ser que seas hijo del dueño).
Esto implica hacerlo continuamente, no una vez al año. No podemos depender de otros para nuestro desarrollo profesional; tenemos que ser proactivos y buscar continuamente nuevas habilidades y conocimientos que nos mantengan al día.
Excel avanzado, Power BI, Python, ventas… hay un montón de habilidades top que debemos aprender y practicar. No se trata solo de la capacidad técnica, sino también de saber cómo aplicar estas habilidades en el contexto correcto.
Por ejemplo, la habilidad para extraer información de los datos y tomar decisiones es clave para mantenerse relevante en el mercado laboral actual. Aprender nuevas tecnologías y cómo estas se pueden aplicar a nuestras áreas de trabajo es algo que debemos tomar como prioridad.
También es muy importante que aceptes los desafíos laborales que se te vayan presentando, debes verlos como oportunidades de desarrollo, y eso también implica no temer a fracasar en ellos, sino verlos como una oportunidad para aprender y mejorar.
Es muy probable que afrontando un desafío grande aprendas mucho más que en un postgrado universitario, que hoy en día son más bien un negocio con clases genéricas sin mayor profundidad.
Cada reto que enfrentamos es una oportunidad de mejorar y acumular experiencia práctica, algo que no se puede adquirir en un aula. Debemos estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort y aceptar proyectos que puedan parecer complicados, porque allí es donde más crecemos.
Todo lo anterior implica mejorar para adaptarte a estas nuevas situaciones y paradigmas laborales. No debes quedarte mirando y esperar que las cosas mejoren solas, eso no va a ocurrir.
Debes tomar la iniciativa para reinventarte y demostrar que aún puedes aportar valor. La pasividad en el desarrollo profesional es un lujo que ya no podemos permitirnos.
El mercado es implacable, y los trabajadores que no se adapten serán reemplazados. La clave es tener siempre una mentalidad abierta y dispuesta al cambio, para poder aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Jacob Towery, instructor clínico del departamento de psiquiatría de la Universidad de Stanford dice algo interesante con respecto a esto: «Si desarrollas una mentalidad de crecimiento, los contratiempos pueden convertirse en oportunidades de aprendizaje y siempre hay otra oportunidad de mejorar y sentirte mejor.» (te recomiendo leer el artículo).
Esta frase captura la esencia de lo que necesitamos para sobrevivir en el mundo laboral actual.
Cada error o contratiempo debe verse como una lección, una oportunidad para hacer mejor las cosas la próxima vez. Mantener una mentalidad positiva y orientada al aprendizaje es muy importante.
Desarrolla un conjunto de habilidades blandas
A muchas habilidades técnicas se las comerá la IA, pero las habilidades blandas serán siempre necesarias y diferenciadoras.
Este set de habilidades que debes desarrollar son esenciales para este entorno laboral. La capacidad de empatizar, comunicar y trabajar en equipo será un diferenciador fundamental en un entorno donde la tecnología tiende a deshumanizar las interacciones.
Las habilidades blandas son lo que nos hará destacar y ser valiosos para los empleadores, más allá de las capacidades técnicas.
Deberías mejorar tus habilidades en:
Resolución de problemas
Tienes la experiencia que alguien de 30 años no tiene, por lo que desarrollar y profundizar esta capacidad de analizar situaciones complejas, buscar soluciones creativas y tomar decisiones informadas te dará una ventaja sobre el resto.
La resolución de problemas es una habilidad que se perfecciona con los años, y es una gran ventaja competitiva cuando se combina con una actitud abierta al aprendizaje continuo.
El contexto de cada problema cambia constantemente, y la habilidad para abordarlo de manera flexible y creativa es esencial.
Adaptabilidad
Algo que tienen las personas más jóvenes es la flexibilidad para ajustarse a nuevas herramientas, procesos y nuevos entornos de trabajo. Precisamente debes enfocarte en estos puntos y no quedarte dormido.
La adaptabilidad no solo significa aprender nuevas tecnologías, sino también ser capaz de cambiar tu mentalidad, formas de trabajar y perspectivas cuando sea necesario. La flexibilidad es clave para mantenerse competitivo y relevante en el mercado laboral.
Creatividad
Utiliza la IA generativa para desarrollar tu capacidad para generar nuevas ideas, soluciones y enfoques.
El panorama laboral ya cambió y debes subirte al barco.
La creatividad es una de las pocas cosas que aún no puede ser completamente replicada por la inteligencia artificial.
Aprovecha las herramientas disponibles, pero recuerda que la creatividad humana sigue siendo insustituible.
Practicar y fomentar la creatividad no solo es una ventaja en el ámbito laboral, sino que también te permite disfrutar más del proceso de trabajo y generar soluciones innovadoras.
Comunicación y colaboración
Las habilidades para transmitir ideas son más importantes que nunca, tanto de forma oral como escrita. La capacidad para trabajar en equipo, especialmente en entornos virtuales y con equipos multidisciplinarios, es importante.
En el entorno laboral moderno, donde los equipos son más diversos y a menudo dispersos geográficamente, saber comunicar ideas de manera clara y efectiva es importante. Debemos aprender a colaborar con personas de diferentes antecedentes y disciplinas.
Conjunto de herramientas
Acá me refiero a las herramientas tecnológicas para facilitar tu trabajo y tu adaptación al cambio. La tecnología ha dejado de ser opcional; se ha convertido en un requisito indispensable para desempeñarse adecuadamente en la mayoría de los empleos.
La capacidad de adaptarse rápidamente a nuevas tecnologías y herramientas es un diferenciador clave en el mercado laboral actual.
La inteligencia artificial generativa es un ejemplo claro, pero también hay otras herramientas digitales como plataformas de aprendizaje en línea o software de gestión de proyectos.
No se trata solo de saber usar una herramienta, sino de saber cómo utilizarla para generar valor, mejorar la eficiencia y solucionar problemas de manera más efectiva.
Las plataformas de gestión de proyectos, por ejemplo, facilitan la coordinación y comunicación dentro de los equipos, y dominar estas herramientas te hará destacar.
Acá es muy importante que aprendas nuevas herramientas rápidamente, evaluar su utilidad y aplicarlas de manera efectiva en tu trabajo.
Ser ágil en la adopción de tecnología es lo que nos permitirá mantenernos competitivos y aprovechar las oportunidades que surjan en el futuro.
Las herramientas cambian rápidamente y debemos estar listos para aprender y utilizar las nuevas tecnologías tan pronto como estén disponibles, asegurándonos de no quedarnos atrás.
Ideas finales
El mundo laboral está cambiando rápido, y para los que tenemos más de 40, el desafío es real.
Vemos la automatización, la IA , a los jóvenes con nuevas habilidades, y a veces nos preguntamos dónde encajamos.
Pero la verdad es que nuestra experiencia vale oro. Hemos visto de todo, sabemos resolver problemas y tenemos la capacidad de adaptarnos, aunque a veces no lo creamos. La clave está en no quedarnos quietos.
Aprender cosas nuevas, aunque sea poco a poco, conectar con gente, y no tener miedo a mostrar lo que sabemos hacer. No se trata de competir con los de 20 o 30, sino de encontrar nuestro propio camino, usando nuestra experiencia como base para construir algo nuevo.
El futuro del trabajo puede dar un poco de vértigo, pero también es una oportunidad para reinventarnos y demostrar que la experiencia, combinada con las ganas de aprender, sigue siendo la mejor herramienta
¿Hay otras vías? Por supuesto que sí, como crear tu propia marca personal o emprender un negocio, pero se escapan del alcance de este post.
Estas alternativas son viables y muchas personas optan por ellas, pero requieren un enfoque y una disposición que no todos están dispuestos a desarrollar.
La creación de una marca personal implica un esfuerzo constante para comunicar tu valor al mundo, y el emprendimiento exige sacrificios y una alta tolerancia al riesgo.
Ambas opciones son válidas, pero requieren que estemos dispuestos a ir más allá de nuestras zonas de confort.
*Esto no aplica a profesionales del sector tecnológico. (al menos hasta ahora)