El término «gaslighting» va más allá de un simple intento de hacer pasar una mentira como verdad. Se trata de una estrategia insidiosa y sistemática que busca saturar a la víctima con información falsa hasta tal punto que esta comienza a cuestionar incluso aquellos hechos que sabe con certeza que son verdaderos. Finalmente, la víctima termina dudando de su propia percepción del mundo que le rodea.

Al sembrar la duda en la mente de la víctima, el manipulador busca debilitarla y destruir su confianza en sí misma. Sin embargo, este tipo de manipulación tiene sus límites. Para que el gaslighting sea efectivo, la mentira debe ser al menos medianamente creíble. Si se intenta convencer a alguien de algo completamente absurdo, como que los gatos pueden volar, la reacción más probable será que se considere al manipulador como un demente.

En «On Gaslighting», Kate Abramson realiza una profunda exploración de este fenómeno de manipulación emocional, popularizado a través de los años por la película «Gaslight»,  filmada en 1944

Junto a ejemplos de la vida real y análisis, Abramson va detallando la complejidad de este tipo de abuso, examinando sus principales mecanismos, objetivos, implicaciones morales y la conexión con la confianza interpersonal.

El libro comienza estableciendo una definición de Gaslighting, diferenciándolo de otras formas de maltrato como mentir, ignorar o menospreciar.

Abramson argumenta que el gaslighting es una forma específica de manipulación emocional en la que el «gaslighter» busca inducir en su víctima la sensación de que sus percepciones, recuerdos, creencias y reacciones carecen de fundamento, llevándola a dudar de su propia cordura.

Este proceso no se limita a hacer que la víctima se sienta mal consigo misma, sino que busca debilitar su capacidad de interactuar con el mundo de manera razonable y saludable.

A lo largo del libro, Abramson va analizando las diversas formas en que se manifiesta el gaslighting, desde comentarios sutiles hasta elaboradas puestas en escena. Se examinan los objetivos del «gaslighter», que pueden ir desde obtener poder y control sobre la víctima hasta satisfacer sus propias inseguridades.

La autora también explora las herramientas y métodos utilizados por los «gaslighters», como la negación, la proyección, la minimización y el cuestionamiento de la memoria de la víctima.

Un aspecto crucial del análisis de Abramson es la distinción entre el gaslighting interpersonal y el «gaslighting estructural». Si bien reconoce que las estructuras sociales injustas pueden crear un terreno fértil para el gaslighting, argumenta que el término debe reservarse para las interacciones interpersonales, es decir, relaciones de pareja, familiares, laborales y en contextos de discriminación. Según la autora, confundir ambos conceptos puede diluir la gravedad del gaslighting como forma de abuso individual.

Si bien reconoce que las estructuras sociales pueden facilitar el «gaslighting», la autora enfatiza que se trata de un acto deliberado llevado a cabo por individuos y no por instituciones por ejemplo.

El libro dedica un capítulo entero a analizar la dimensión moral del gaslighting. Abramson argumenta que este tipo de manipulación es intrínsecamente inmoral por varias razones: viola la autonomía de la víctima, la priva de su agencia y la somete a un trato degradante.

La autora también destaca la naturaleza multidimensional de la inmoralidad del gaslighting, argumentando que cada una de sus facetas (la manipulación, la traición, la humillación) contribuye a su profunda maldad. Aunque tambien señala que «los gaslighters no suelen ser conscientes de que están haciendo gaslighting».

Finalmente, Abramson explora la relación intrincada entre el gaslighting y la confianza. La autora argumenta que los «gaslighters» explotan la confianza de sus víctimas de una manera particular, atacando la estructura misma de la confianza interpersonal. Al manipular y romper la confianza, el «gaslighter» no solo daña la relación, sino que también afecta la capacidad de la víctima para confiar en sí misma y en los demás en el futuro.

En resumen, «On Gaslighting» explica de forma clara y completa qué es el gaslighting, una forma de abuso compleja, dañina y real. El libro describe cómo funciona, qué busca lograr quien lo ejerce y qué consecuencias tiene, ayudándonos a reconocerlo, entenderlo y enfrentarlo.

Si bien el libro ofrece una profunda reflexión sobre el «gaslighting», no proporciona soluciones fáciles para quienes lo han experimentado. Aun así, se destaca la importancia de comprender el fenómeno para poder enfrentarlo.

Mis dudas sobre el término Gaslighting

El termino se ha vuelto popular para describir situaciones en las que alguien manipula a otro haciéndole dudar de su propia realidad. Aunque ha sido útil para visibilizar este tipo de abuso psicológico, también me hace el siguiente ruido

  • Se está utilizando para todo: A veces, se usa «gaslighting» para describir cualquier desacuerdo o conflicto, lo que le quita importancia a casos reales de manipulación. (Abramson argumenta que, si bien términos como «gaslighting» se han vuelto comunes en el lenguaje cotidiano, es crucial entender su significado real y no usarlo a la ligera.).
  • Se enfoca solo en la víctima: Suele centrarse en cómo se siente la persona manipulada, sin analizar por qué el otro actúa así. ¿Hay investigación?. No encontré nada.
  • Falta de estudios científicos: Aunque encontré que muchos especialistas reconocen el gaslighting, no encontré investigación científica sólida que lo definan claramente. Prácticamente la definición viene de una película de 1944 que es un remake de una versión británica de 1940.
  • ¿Todo es gaslighting?: Usar el término para cualquier comportamiento tóxico puede que haga que veamos todas las relaciones como problemáticas.
  • Se usa como un arma: En ocasiones, se acusa a alguien de «gaslighting» solo para desprestigiarlo, lo que perjudica el debate sano. Principalmente lo he visto en polític

Las 10 mejores ideas del libro

1. El gaslighting es una forma específica de manipulación emocional que busca hacer dudar a la víctima de su propia cordura.

A diferencia de otras formas de manipulación, el gaslighting no se limita a influir en las acciones o emociones de la víctima, sino que busca socavar su sentido de la realidad. El «gaslighter» busca que la víctima dude de sus propios recuerdos, percepciones y juicios, llevándola a cuestionar su propia estado de lucidez.

En la película «Gaslight», el personaje principal esconde objetos de su esposa y luego niega haberlo hecho, haciéndola dudar de su memoria y cordura.

Por ejemplo, un jefe le dice constantemente a un empleado que su trabajo es mediocre, a pesar de que cumple con los plazos y recibe elogios de otros. El jefe también puede negar haber hecho promesas o acuerdos previos, creando confusión y autodesconfianza en el empleado.

O un compañero de trabajo que se atribuye el mérito del trabajo de un colega, minimizando sus contribuciones y haciéndole dudar de sus capacidades.

2. Los «gaslighters» suelen tener como objetivo obtener poder y control sobre sus víctimas.

Al hacer dudar a la víctima de su propia cordura, el «gaslighter» la vuelve más dependiente y controlable. La víctima, insegura de sí misma y de su propia percepción de la realidad, es más propensa a ceder a las demandas y deseos del «gaslighter».

En el ámbito laboral, el gaslighting puede ser utilizado para mantener a los empleados sumisos, inseguros y menos propensos a defenderse o buscar mejores oportunidades.

Un jefe puede menospreciar las ideas de un empleado en las reuniones, haciéndole sentir incompetente y reacio a compartir sus pensamientos en el futuro. O también puede sobrecargar a un empleado con trabajo imposible de realizar en el tiempo establecido, y luego culparlo por no cumplir con las expectativas, creando un ciclo de culpa y auto-reproche.

3. El gaslighting puede manifestarse de muchas maneras, desde sutiles comentarios hasta elaboradas puestas en escena.

El gaslighting no siempre es obvio o fácil de identificar. Puede manifestarse de forma gradual y sutil, ¿cómo?; a través de comentarios despectivos, negaciones constantes o intentos de minimizar los sentimientos de la víctima. En otros casos, puede implicar acciones más elaboradas y calculadas para hacer dudar a la víctima de su propia cordura.

Esto lo podemos ver en las relaciones tóxicas de pareja, cuando un compañero sentimental niega repetidamente haber dicho o hecho cosas que la víctima recuerda claramente, o que la acusa de «ser demasiado sensible» «o que se está volviendo loca» cuando expresa sus preocupaciones, puede estar utilizando el gaslighting.

O ese compañero de trabajo que hace comentarios sarcásticos sobre las habilidades de un empleado frente a otros, o difundir rumores falsos sobre su desempeño.

O cuando se excluye a un empleado de reuniones importantes o se le niega el acceso a información impartante para su trabajo, haciéndole sentir aislado e incapaz de realizar sus tareas.

4. El gaslighting es un proceso gradual que puede ser difícil de reconocer en sus primeras etapas.

El gaslighting no suele ocurrir de la noche a la mañana. Es un proceso bastante gradual en el que el «gaslighter» va minando la confianza de la víctima en sí misma y en su propia percepción de la realidad. Al principio, la víctima puede justificar el comportamiento del «gaslighter» o dudar de sí misma, pero con el tiempo, el gaslighting puede tener un impacto devastador en su salud mental y bienestar.

Una mujer que comienza una relación con un hombre encantador que poco a poco comienza a criticarla, aislarla de sus amigos y familiares, y negar sus propias experiencias, puede estar siendo víctima de gaslighting.

O un nuevo empleado puede inicialmente ignorar las bromas hirientes de un compañero de trabajo, pero con el tiempo, estos comentarios constantes pueden hacer que dude de sus capacidades y se sienta inseguro en su puesto de trabajo.

Un jefe puede comenzar haciendo pequeñas críticas al trabajo de un empleado, pero gradualmente aumentar la frecuencia e intensidad de estas críticas, creando una atmósfera de miedo e inseguridad.

5. El gaslighting no solo afecta a la víctima en el momento, sino que también puede tener consecuencias a largo plazo en su capacidad para confiar en sí misma y en los demás.

El gaslighting puede dejar cicatrices emocionales profundas en la víctima. Al haber sido inducida a dudar de su propia cordura y percepción de la realidad, la víctima puede tener dificultades para confiar en sus propios instintos y juicios en el futuro. Esto puede afectar sus relaciones interpersonales, su autoestima y su capacidad para tomar decisiones.

Una persona que ha sido víctima de gaslighting en una relación anterior puede tener dificultades para confiar en su nueva pareja, incluso si esta no le da motivos para dudar.

Un trabajador que ha sido víctima de gaslighting puede dudar en asumir nuevos proyectos o responsabilidades, temiendo ser criticado o menospreciado.

6. Las estructuras sociales injustas pueden crear un terreno fértil para el gaslighting, pero no deben confundirse con el gaslighting interpersonal.

Si bien es cierto que las estructuras sociales como el sexismo, el racismo o la homofobia pueden crear un contexto en el que el gaslighting es más probable que ocurra, es importante distinguir entre el gaslighting como una forma de abuso interpersonal y las dinámicas de poder presentes en las estructuras sociales.

Una mujer que denuncia un caso de acoso sexual en el trabajo y se enfrenta a la incredulidad, la minimización y la culpabilización por parte de sus compañeros y superiores puede estar experimentando una forma de gaslighting institucional. Sin embargo, es importante aclarar que el gaslighting es un acto perpetrado por individuos, no por estructuras abstractas.

Una empresa con una cultura laboral tóxica que tolera el acoso y la intimidación puede crear un ambiente donde el gaslighting es más probable que ocurra, incluso si no está explícitamente sancionado.

7. El gaslighting es una forma de abuso que puede tener graves consecuencias para la salud mental de la víctima.

El gaslighting puede provocar ansiedad, depresión, baja autoestima, trastorno de estrés postraumático y otros problemas de salud mental de auerdo a lo que señala la autora. La constante duda en sí misma, la sensación de confusión y la pérdida de control sobre su propia vida pueden tener un impacto devastador en la víctima.

Imaginemos a un estudiante que es constantemente menospreciado por su profesor. Este profesor cuestiona sus capacidades, ridiculiza sus ideas, sus preguntas y lo compara negativamente con otros estudiantes. Con el tiempo, este estudiante puede empezar a dudar de su propia inteligencia, perder la motivación por aprender y desarrollar ansiedad ante la idea de ir a clase.

O ese empleado que es víctima de gaslighting puede comenzar a dudar de sus propias habilidades y lucidez, lo que puede llevar a una disminución de su autoestima, motivación y satisfacción laboral.

8. Reconocer el gaslighting es el primer paso para protegerse de él.

Identificar las señales de gaslighting puede ser difícil, pero es importante para protegerse de sus efectos dañinos. Es importante aprender a confiar en nuestros propios instintos, a establecer límites claros con las personas que nos hacen dudar de nosotros mismos y a buscar apoyo externo si es necesario.

Si alguien nos hace sentir constantemente confundido, inseguro o cuestionando nuestra propia cordura, es posible que estemos siendo víctima de gaslighting. Es importante prestar atención a estas señales y tomar medidas para proteger nuestro bienestar emocional.

9. La empatía y la validación son cruciales para ayudar a las víctimas de gaslighting.

Las víctimas de gaslighting necesitan que se les crea, que se validen sus experiencias y que se les ofrezca apoyo emocional. Es importante escucharlas con atención, sin juzgarlas ni minimizar sus sentimientos. La empatía y la comprensión son fundamentales para ayudarlas a recuperar la confianza en sí mismas y en su propia percepción de la realidad.

Si un compañero de trabajo te confiesa que cree estar siendo víctima de gaslighting, es importante escucharlo con atención, creerle y ofrecerle apoyo sin juzgarlo.

Los departamentos de recursos humanos y los sindicatos pueden desempeñar un papel muy importante en la prevención y el abordaje del gaslighting en el lugar de trabajo, entregando recursos y apoyo a las víctimas y creando políticas para promover un ambiente laboral seguro y respetuoso

10. Superar el gaslighting es un proceso que requiere tiempo, paciencia y apoyo.

Recuperarse del gaslighting no es fácil, pero es posible. Con tiempo, paciencia y el apoyo adecuado, las víctimas pueden reconstruir su autoestima, recuperar la confianza en sí mismas y aprender a establecer relaciones sanas basadas en el respeto mutuo. La terapia individual o grupal puede ser de gran ayuda en este proceso.

Una persona que ha superado el gaslighting puede ser capaz de reconocer las señales de abuso en el futuro, establecer límites claros en sus relaciones y defender sus propias necesidades y límites.

¿Cómo el mundo del trabajo aplica Gaslighting?

Si bien el libro no se enfoca en el mundo del trabajo y en la 10 ideas que detallé anteriormente, quiero describir algunas situaciones:

  1. Un jefe que te dice constantemente que eres «demasiado sensible» o «exagerado» cuando expresas preocupaciones válidas sobre tu trabajo o el ambiente laboral.
  2. Un compañero que niega sistemáticamente tus logros o se atribuye el mérito de tu trabajo, haciéndote dudar de tus capacidades.
  3. Un supervisor que te asigna tareas imposibles de cumplir con los recursos disponibles y luego te culpa por no completarlas a tiempo o con la calidad esperada.
  4. Difundir rumores falsos sobre tu desempeño o comportamiento profesional para debilitar tu credibilidad ante tus compañeros y superiores.
  5. Negar o minimizar tus experiencias de discriminación o acoso en el trabajo, haciéndote sentir que estás exagerando o inventando las cosas.

¿Cómo mejorar mis habilidades y competencias para no ser manipulado?

Comprender el gaslighting y sus mecanismos nos va a permitir estar más alerta a las señales de manipulación en todas las áreas de nuestra vida, incluyendo la laboral, y si bien la autora no proporciona soluciones para quienes lo han experimentado, hay algunas reglas de oro para endfrentar la manipulación.

Al detalle

Cuestionar la información: No aceptes información como verdadera sin antes verificarla con diferentes fuentes y contrastarla con tus propios conocimientos y experiencias.

Identifica las emociones que se están manipulando: Presta atención a las tácticas que buscan generar miedo, ira, culpa o cualquier otra emoción para influir en tu opinión o comportamiento.

Confía en tus instintos: Si algo te parece sospechoso o te hace sentir incómodo, presta atención a esa sensación y no la ignores

Busca diferentes perspectivas: No te limitares a consumir información de una sola fuente, sino que buscar diferentes puntos de vista para formarte una opinión más completa e informada.

Raya la cancha: Por último, no toleres nunca la la falta de respeto, la manipulación o el abuso por parte de nadie, incluyendo las figuras de autoridad. (ojo con el sesgo de autoridad)