La primera vez que oí sobre la hidra fue con Antifrágil de Nassim Taleb. Ahí aprendí que es mejor ser una hidra, no un ave fénix.
Tiene sus ventajas. La hidra no muere y renace, sino que se fortalece con cada golpe. Sus múltiples cabezas representan la diversidad de enfoques y habilidades. Mientras el fénix debe morir para resurgir, la hidra aprende y crece sin pausa.
La hidra es antifrágil, se beneficia del caos. Entre más la atacan, más poderosa se vuelve. No teme el fracaso, lo enfrenta. Sabe que de la derrota surgirán nuevas cabezas, nuevas fortalezas.
Sé una hidra como padre de familia. No dependas de un solo ingreso o habilidad. Diversifícate para proveer a tus seres queridos. Si tu trabajo actual está en riesgo, ten un plan B y C listo. Tus múltiples «cabezas» proveedoras mantendrán a flote a tu familia.*
Las circunstancias cambian, los sectores se transforman y lo que hoy es un trabajo seguro mañana puede no existir. Por ello, cultivar múltiples habilidades y fuentes de ingreso no solo es prudente, sino una necesidad en el mundo actual. Esta diversificación actúa como las múltiples cabezas de la hidra, asegurando que, ante un revés en una área, se puede compensar con fortalezas en otra.
Sé una hidra en tus relaciones familiares. No centres tu mundo en tu pareja o tus hijos únicamente. Cultiva intereses externos y amistades. Si surgen conflictos en casa, tus otras relaciones te darán perspectiva y apoyo. Tus diversos vínculos sociales fortalecerán tu núcleo familiar.
Sé una hidra en la crianza de tus hijos. No les impongas un solo camino a conseguir sus metas. Dale libertad para explorar y desarrollar múltiples intereses y talentos. Si fracasan en algo, anímalos a probar algo nuevo. Tus diversas «cabezas» como padre los nutrirán plenamente.
Adoptar una actitud antifrágil hacia la vida significa reconocer que el cambio es la única constante y que nuestra capacidad para adaptarnos y crecer con cada desafío es lo que nos define como seres humanos.
En lugar de temer a fracasar, la antifragilidad nos invita a abrazarlo. Cada revés es una lección, cada error una oportunidad para añadir otra cabeza a nuestra hidra personal.
Este enfoque no solo nos prepara mejor para los inevitables altibajos de la vida misma, sino que también nos permite vivir con una sensación de aventura y posibilidad.
En lugar de luchar por mantener un «status quo» que es temporal, la antifragilidad nos lleva a buscar el crecimiento a través de la variedad, el desafío y el cambio.
Concluyendo, ser una hidra en la vida personal, familiar y profesional no es simplemente una estrategia de supervivencia, sino un camino hacia una mejor existencia.
Al igual que la hidra mitológica, podemos aprender a no solo sobrevivir, sino a prosperar en el caos, convirtiendo cada adversidad en una fuente de fortaleza y cada cambio en una oportunidad para desarrollar mejor nuestras capacidades.
Esta es la esencia de la antifragilidad: una llamada a vivir de tal manera que cada obstáculo o adversidad que enfrentemos nos fortalezca y no has haga más sabios y preparados para el futuro, sea cual sea la forma que este tome.
*Esto es algo que constantemente me lo recomiendo a mi mismo. Es difícil de lograr, pero creo profundamente que es el camino correcto.